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Hechizo De Amor
Kristen Strassel
Mi abuela me prometió a un caliente y maldito dragón quien resulta ser su peor enemigo. ¿Por qué ella quiere que yo pase el resto de mi vida con un hombre al que ella llama 'aliento de lagarto'? Ella es una hechicera que lanzó un hechizo de amor sobre Tyson Drake hace cincuenta años. El hechizo falló espectacularmente y él ha estado atrapado en su forma humana desde entonces, pero ella esta convencida de que yo puedo remediarlo. Ella cree que la magia que me ha enseñado es suficiente para que el hechizo funcione. Entonces, Tyson decidio darle a la magia de mi abuela una segunda oportunidad y arriesgarse. Yo, por mi parte, no puedo dejar de pensar en él y preguntarme, ¿si el que yo me convierta en su pareja será suficiente para que él finalmente pueda volver a su forma de dragón o si mi magia lo matará?



Hechizo de Amor
Los Dragones de las Montanas Humeantes Libro Uno
Kristen Strassel
Traducido por Katrin Vilela

(http://www.traduzione.it)
Todos los derechos reservados.
Este es una obra de ficción. El parecido con cualquier persona viva o muerta es pura coincidencia. Este e-book es certificado solo para tu deleite personal. Este e-book no puede ser revendido o regalado a otras personas. Si te gustaría compartir este libro con otra persona, por favor hazlo utilizando la función de “prestarlo a otros” que tenga tu distribuidor. Si estas leyendo este libro y no lo compraste, o no fue comprado para ti entonces por favor regrésalo y compra tu copia del libro. Gracias por respetar el trabajo duro de esta autora. Para obtener permiso de extraer fragmentos de este texto, por favor contáctate con la autora al correo electrónico kristen@kristenstrassel.com (mailto:kristen@kristenstrassel.com)
Copyright 2021 Hechizo de amor, (Los Dragones de las Montañas Humeantes, #1)

Índice
Sin título (#u88f8b598-a693-5864-998b-750776d7a71a)
Capítulo Uno (#ucd2f9496-8d7f-50b0-bc86-afc12f744e20)
Capítulo Dos (#uf82a84b3-9d34-54b4-bb49-29cdae20c3a7)
Capítulo Tres (#u390e1fdf-8e47-59b8-9c84-f01b39e71ea4)
Capítulo Cuatro (#uc3786262-76ec-5c08-9c18-cfb492f22857)
Capítulo Cinco (#uc11cfa70-5f48-58b8-a902-277aebedf0de)
Capítulo Seis (#u8135d933-7d93-5cd8-abc2-96d2e58b5b10)
Capítulo Siete (#u13d845b3-a08a-5034-9da2-fffa41fbcb9d)
Capítulo Ocho (#u8a7b8234-afd9-5986-abf8-d92d755a159f)
Capítulo Nueve (#ua1ac2258-7d32-5a99-946d-7d0273076154)
Capítulo Diez (#uafdad03f-7643-55ee-8ee2-6b9791c3e9ac)
Capítulo Once (#u82c46760-3089-512e-a148-f70227429eba)
Capítulo Doce (#u097962aa-38ba-5543-a304-58b3ae8d4adc)
Capítulo Trece (#u876b7c71-729a-509f-a665-9d1819194e32)
Capítulo Catorce (#u1ac2ef12-20fc-5978-b07e-f642a27e0200)
Capítulo Quince (#uff240a91-5b1e-5556-a5a5-d2af3d79673d)
Capítulo Dieciséis (#u214a9316-3da5-5644-b9d3-0d43d75a5759)
Capítulo Diecisiete (#u9b93956f-7d6b-5a40-9b84-d6f60602b64c)
Capítulo Dieciocho (#uf27a19f5-9afe-5d4b-af37-17d40ca8310f)
Capítulo Diecinueve (#u782ea21a-3025-5edd-877e-02eb02aa5a07)
Hechizo del solsticio de verano (#u040ded76-f626-5b69-b382-dce414ce1d43)
Otras Obras de Kristen Strassel (#u6603a0c7-cbde-5647-af15-8ee5c370a018)
Hechizo de amor
Un dragón que se encuentra atrapado en su forma humana. Una hechicera en ciernes con un blog muy picante. Y un hechizo de amor lanzado hace décadas que podría llegar a funcionar después de todo.
Sophie Whynot no puede mirar a otro de sus amigos casarse o tener un bebé cuando sus propias posibilidades en el amor son tan críticas. Olvida eso, son catastróficas. Este viaje al pueblo de las Montañas Humeantes para quedarse con su abuela y así poder empezar de nuevo es absolutamente necesario. Es una oportunidad de hacer despegar su blog y aprender más sobre la magia que su abuela práctica. Una oportunidad para conocerse a sí misma como en realidad es.
Tyson Drake sabe exactamente quien es él y lo que le fue robado cuando la abuela de Sophie lanzó un hechizo de amor sobre su trueno de dragones hace más de medio siglo. El hechizo se suponía que lo ayudaría a encontrar a su compañera destinada, pero en su lugar, lo condenó a caminar por la tierra como un humano y sin una compañera a la vista. Nada de lo que él ha intentado para recuperar su fuego ha funcionado.
Pero cuando sus sentimientos por Sophie se intensifican, ¿estará dispuesto a darle otra oportunidad a una hechicera Whynot, o su magia será su fin?

Capítulo Uno
Sophie
No era extraño para mí el hacer cosas horribles, pero esto era bajo incluso para mis estándares. Mi abuela acaba de literalmente atraparme con mis bragas por mis tobillos y con un gran consolador de color rosa vibrando en mi mano cuando ella golpeó a la puerta de mi habitación. El que yo sea solo una invitada en su casa y que esta sea técnicamente la puerta de su cuarto de invitados, es la menor de mis preocupaciones.
Ella frunció el ceño cuando me atrapó tratando de cubrir mis partes íntimas con las sábanas de la cama. Eso fue tan mortificante.
“¿Estás bien?” me preguntó.
“Excelente” ¡Rayos! El vibrador aún estaba zumbando como un cepillo dental eléctrico. Lo empujé debajo de la manta y le di la mejor sonrisa que podía conjurar dadas las circunstancias.
Este paso en falso fue solo por negocios y nada fue para mi propio placer. Para rehacer mi vida yo me vine a vivir con mi abuela y una gran parte de mi plan es crear un blog acerca de juguetes sexuales. Mi sueño es más grande que eso, mi plan es poder darles a mis hermanas que siempre tienen problemas en sus relaciones un foro para hablar de sus problemas y, por supuesto, quiero que todas se sientan satisfechas ya sea si están solteras o si encuentran a esa mítica creatura que se hace llamar, su alma gemela.
Y un blog acerca de juguetes sexuales es una carrera totalmente práctica. Yo no viviré en la casa de mi abuela para siempre ya que quiero construir una carrera a la que no tenga que renunciar si me voy de Summerland, Tennessee. Sin embargo, algunas veces la idea de ser una nómada digital también suena atractiva.
Mi abuela no es el tipo de persona que me juzgaría, así que decidí que es la hora de contarle acerca de mis planes. Pero preferiría tener los pantalones puestos antes de hacerlo.
Ella ocultó una carcajada cuando arreglé las mantas de tal forma que pudiera acallar el sonido del consolador. “Vine a preguntarte si te gustaría venir conmigo a visitar unas ventas de garaje. Porque desde que la señora de la televisión les dijo a todos que el deshacerse de cosas viejas les traería felicidad, he estado asistiendo a este tipo de ventas y he encontrado excelentes cosas a buen precio. Talvez podamos encontrar algo interesante para cuando te mudes a tu nuevo departamento y no es que te esté botando, por supuesto, es solo para que veas si algo te gusta.”
Cuando me vine a vivir aquí yo vendí todo lo que tenía. Lo que sucedió para llegar a eso no fue exactamente un ataque nervioso y definitivamente no fue una crisis de la mediana edad. Es solo que el día del baby shower de mi mejor amiga me di cuenta de que estaba cansada de ser siempre la única soltera, la que obviamente no tenía su vida arreglada como todos los demás que incluso la tenían envuelta como un regalo, con moño encima y todo. Yo sabía que no quería ser como una de esas tristes solteronas de las películas de comedia, aquellas en las que la heroína tenía la vida resuelta y la abandonan para encontrar una nueva vida.
Entonces decidí ser una de esas personas que se deshacen de todo aquello que no las hace feliz y me dirigí a la casa de la abuela para reorganizar mi vida.
“Me encantaría ir a ver algunas ventas de garaje.” Me senté y arreglé mi cabello. De hecho, la abuela me había venido a buscar en el momento correcto, justo antes de que siquiera hubiera empezado. Si el juguete hubiera cumplido con su propósito con mi abuela al otro lado de la puerta, yo nunca tendría la valentía de mirarla a los ojos de nuevo. El camino para seguir mi nueva carrera requiere que yo tenga mi propio espacio.
La abuela me esperó ansiosamente al otro lado de la puerta agarrando con fuerza su cartera, algo que es normal en ella. Summerland es un lindo y pequeño pueblo que siempre gana premios como el mejor lugar para vivir en las Montañas Humeantes, pero ella siempre agarra su bolso de esa manera como si estuviera pasando a lado de una fila de prisioneros. Y lo que me atrajo aquí no fueron las buenas cualidades del pueblo, sino que vine porque la casa de mi abuela es mística. Según los rumores, la abuela era una hechicera. Mi mamá siempre acalla cualquier tipo de preguntas sobre el pasado de la abuela. Todo lo que sé es que lo que sea que ella lleve en esa cartera, era mucho más poderoso que el dinero.
Era algo mágico. Y yo quiero saber todo sobre él.
La abuela no dijo nada sobre el incidente, que es lo que planeo llamarle de ahora en adelante, hasta que llegamos al carro. “Yo me estaba preguntando si podía preguntar qué es lo que estabas haciendo…”
“No, por favor.” Y mirando por la ventana me pregunté cuanto dolería el lanzarse de un auto en movimiento.
“No dejaré el tema tan fácilmente, Sophie Rae.” Ella se rio. Sí abuela, esto es histérico.¿Qué daño hace un pequeño roce? “Yo no te estoy juzgando. La Diosa sabe que he experimentado mucho…”
“Abuela,” Me quejé mientras tenía la mano lista en la manija de la puerta en caso de que ella siguiera con el tema. Okey, es tiempo de que le cuente sobre mis planes. “Estoy escribiendo un blog sobre juguetes sexuales.”
“¿En serio?” Ella pisó el freno tan duro que nos hizo rebotar en nuestros asientos. “Eso es increíble, cariño. Es muy importante que la gente disfrute lo que ama y lo que los hace felices.”
“Yo quiero un espacio que sea seguro para todas las mujeres, donde puedan investigar y encontrar todo aquello que gusten.” Aunque mi abuela era la mejor de todo el mundo, yo podía sentir como mis mejillas se sonrojaban. Había creado un seudónimo cuando creé el sitio, pero ya es tiempo de que me acostumbré a hablar de todo lo relacionado al sexo si es que iba a vivir de ello.
“Si quieres puedo darte algunas sugerencias.” Ella se rio cuando la mire con la boca abierta. “¿Qué? ¿Crees que no sé cómo usar una de esas cosas? Tu generación no las inventó y podré ser vieja, pero definitivamente no estoy muerta.”
“Ahora esta es mi realidad.” Yo comenté mientras me bajaba del auto, más para mí misma que para ella.
Ella se acercó por mi costado mientras nos dirigíamos a la venta de garaje y me dijo “Te aconsejo que consigas uno de esos que se enchufan. Esas cosas te llevarán a la luna.”
Luego de eso decidí que tenía que alejarme de la abuela por un momento.
La venta de garaje estaba totalmente llena. En esas listas donde se mencionaba las mejores cosas que debías visitar siempre mencionaban la posibilidad de encontrar un real diamante en bruto en este tipo de lugares, especialmente donde se venden las joyas, y hay excelentes cosas aquí. Discos clásicos de vinilo, obras de arte que eran demasiado buenas como para ser vendidas en una venta de garaje y nosotras llegamos lo suficientemente temprano como para poder elegir algunas piezas de una gran selección de bisutería de mediados de siglo.
Mientras miraba a la colección me di cuenta de que quien sea que fuera el dueño de esas cosas, las había tenido por mucho tiempo y la parte romántica que habitaba en mi interior se entristeció al pensar que ahora esa persona se veía en la necesidad de venderlas.
Yo elegí un hermoso broche con forma de dragón respirando fuego que estaba representado con un conjunto de piedras preciosas. Quien sea que esté vendiendo esto espero que esté satisfecho de saber que al menos este pequeño broche irá a un hogar amoroso.
“Mira a este pequeño” le dije a mi abuela, pero no estoy segura de que me haya escuchado. Después del incidente era muy probable que ella no quisiera mirar a nada que pudiera ser referido como ‘pequeño’.
La abuela tenía toda su atención fija en una caja de oro que no era muy grande pero que era lo suficientemente pesada como para tener que sostenerla con ambas manos. La caja tenía incrustadas unas piedras preciosas que no podían ser reales porque era demasiado bonita como para que la encontraras en este tipo de ventas.
Parecía que quien sea que estuviera vendiendo estas cosas estaba lo suficientemente desesperado como para deshacerse de ellas o alguien había cometido un error.
“Es bonito” añadí, pero nada. Ella no me estaba escuchando.
“¿Cuál es el precio por esa caja?” Preguntó un hombre que tenía una voz tan suave como el whisky. Una voz que me hizo vibrar por dentro, como cuando una idea se formaba en mi mente que me llevaría a una de mis tantas malas decisiones. “Pagaré el doble.”
“Olvídalo, reptil.” Mi abuela le hizo una seña para que se fuera. Ella nunca le hablaba así a nadie. “La caja me pertenece. Vuelve con tu tesoro.”
Cuando termináramos de recorrer todos los puestos de la venta de garaje hoy, me encargaría de llevar a la abuela a una revisión de ojos. El hombre que le había preguntado por la caja era simplemente hermoso, con su largo y oscuro cabello, una apretada camiseta que no dejaba nada a la imaginación y jeans envejecidos de tanto uso. Él parecía como si hubiera hecho el giro equivocado de camino a Nashville y había terminado en el patio delantero de algún desconocido.
“Haré que valga la pena, Nora.” Su sonrisa estaba dirigida a mi abuela. Solo ella podía ser capaz de llamar la atención de un hombre tan hermoso como él.
Yo salté como si me hubiera cogido electricidad. El pequeño dragón se me cayó de las manos en la mesa y por fin había logrado captar la atención del hombre. La electricidad que sentía venía de él, yo estaba segura de eso y era como si nos estuviera atrayendo hacia el otro. Demonios, con esos ojos que él tiene, yo no puedo mirar a otro lado. Los ojos de él eran verdes como peridotos y definitivamente más impresionantes que cualquier gema en esa caja que él quería quitarle a mi abuela.
Mi abuela me agarró del brazo y fue como si se rompiera un cristal. “Recoge tu broche. Vayamos a ver si Jerry desea hacer un trato por estos objetos.”
Miré por encima de mi hombro mientras la abuela me arrastraba hacia donde estaba el dueño de la casa. Jerry, quien probablemente ya se había dado cuenta del terrible error que cometió al poner en venta esa preciosa caja. Mi abuela armaría un escándalo si él decidía no vendérsela.
Sin embargo, el hombre alto y moreno como un trago de whisky no se movió; era como si fuera una obra de arte más que estaba a la venta.
“¿Qué puedes ofrecernos Jerry? Mi nieta quiere este broche y yo estoy dispuesta a hacer una oferta justa por esta caja, si es que estas buscando hacer algo de dinero esta tarde.”
Jerry miró a la abuela sospechosamente. “Tu no quieres esa caja, Nora.”
Lo sabía.
“¿Estas confabulando con ese lagarto supercrecido?” ella espetó. La abuela sabía lo que le gustaba apenas lo veía, pero estaba siendo demasiado posesiva sobre esa caja. “Te doy veinte dólares por ambas.”
Veinte dólares. Jerry apretó los labios y yo articulé con mi boca un lo siento.
“Tomaré el dinero, pero has sido advertida.”
“No hay tal cosa como mala suerte, solo malas intenciones.” Ella murmuró mientras le entregaba el dinero. Se dio la vuelta y movió la cabeza indicándome que la siguiera. En lo que a mi abuela concernía, esta venta de garaje había terminado.
Yo no tenía idea de que acababa de pasar y seguí a la abuela de vuelta al carro, pasamos a lado del hermoso hombre al que ella se refirió como un reptil y quien aún se encontraba atónito parado junto a la mesa de joyería.
La abuela quemó los neumáticos al salir del parqueadero.
“¿Quieres explicarme que fue todo eso?” le pregunté.
Ella carraspeó. “Yo quería esa caja. No iba a dejar que el aliento de lagarto regateara por ella.”
“Dudo mucho que ese tipo tenga aliento de lagarto. Él era…” ¿Cómo podría decir absolutamente hermoso sin hacer que mi abuela se molestará, ya que era obvio que a ella no le agradaba? “Él parecía como que olía realmente bien.”
No hay ninguna duda del porqué aún me encontraba soltera.
Ella soltó un largo suspiro. “Sí, es muy bien parecido, pero necesitas olvidarte de él.”
¿Olvidarme de él? ¿De esos ojos? ¿De esa voz? Eso no iba a pasar pronto. Yo tenía una caja llena de juguetes sexuales esperando a que los pruebe y estaba tan necesitada de ese tipo de inspiración.
“Es obvio que ustedes ya se han conocido.” Le di a la abuela la oportunidad para llenar los enormes agujeros en blanco en esta historia, pero ella solo apretó los labios. “Sería mucho más fácil mantener este resentimiento contigo si tuviera alguna explicación de cómo te hizo daño.”
“Mientras más tiempo pases en Summerland te darás cuenta de que no todo es lo que parece.” La abuela piso repentinamente el freno de nuevo porque un carro salió de un parqueo como si fuéramos invisibles. “Eso estuvo cerca.”
“Ellos ni siquiera miraron.” Mi corazón latía desbocadamente. “Si es algo relacionado con la magia, me encantaría que me lo explicaras. Estoy aquí para aprender. Mi mamá no responde a ninguna de mis preguntas sobre el tema.”
“Es verdad que tu madre no me puso las cosas fáciles.” Nosotras no hablábamos regularmente acerca de mi mamá por esta razón. Ella era lo opuesto a la abuela; donde a mi abuela le encanta lo extraordinario, mi mamá se refugia en lo ordinario. “Yo te puedo enseñar todo lo que necesitas saber en un solo día.”
“Estas hablándome en clave.” Yo rezongué gimiendo. “Si no me dices, asumiré que tuviste una tórrida aventura con ese hombre y la razón por la que quieres que me aleje de él es porque él era malo en la cama.”
La abuela se rio. “Piensa lo que tú quieras, Sophie. Yo accedí a enseñarte magia, pero lo haré en mis propios términos. La magia necesita el tipo de energía apropiada para prosperar. El odio y la intimidación la sofocarán como una vela apagada.”
“Lo siento.” Le dije. Su reticencia por contarme sobre este tipo solo hizo que mi curiosidad aumentara.
Ella estacionó en el camino de entrada de la casa, apagó el motor y puso su mano encima de la mía. Ella no parecía tener setenta y cinco años. Yo había heredado eso de ella y es que cuando a mis amigas les llamaban señoras, a mí aún me pedían mi documento de identidad cuando compraba licor. “No quise insinuar que estas siendo irrespetuosa. Considera lo que sucedió como la lección de hoy y olvídate de ese hombre.”
“Está bien acerca de lo primero.” Me acerqué y le di un beso en la mejilla. “¿Pero acerca de lo segundo? Eso será imposible.”

Capítulo Dos
Tyson
Nora Whynot es la peor hechicera del mundo que aún sigue trabajando por ser la única hechicera en Summerland que provee servicios profesionales. Su magia tiene más cortocircuitos que una tarjeta de memoria quemada y debí haberme ido cuando la vi recorriendo las mesas en la venta de garaje.
En serio debí irme, pero fuerzas superiores a la vieja bruja me mantuvieron ahí y me distrajeron de mi objetivo. Ahora tengo que decirle al resto de mi clan que Nora Whynot nos venció una vez más.
“¿Dónde está la caja?” me preguntó Chance, mi hermano. Técnicamente él es el mayor y según Chance es algo importante, pero para mí no son más que tonterías. En nuestra forma humana, los cinco últimos miembros de mi clan tomaron la forma de hombre en sus treintas; la edad perfecta donde podemos ser confiados en el ámbito profesional, sin embargo, la gente se empieza a preguntar porque no tenemos pareja.
Ha pasado tanto desde que ninguno de nosotros ha cambiado a su forma de dragón que apenas si puedo recordar cómo nos veíamos y Nora Whynot es la causa por la que hemos estado atascados como humanos los últimos cincuenta años.
Ahora ella tiene la reliquia que podía haber terminado el hechizo o maldición, como la hemos llamado en las últimas décadas.
“Maldita sea, espero que con solo tocar a ese hijo de puta sea suficiente para hacerte cambiar de forma” Mi primo, Jax, sacudió su cabeza. “Estoy esperando poder ver una pequeña tormenta de fuego sobre Summerland esta noche.”
“¿Se parece en algo a las fotos en los álbumes?” Tanner es nuestro historiador, el que se aferra a las tradiciones y quien posee más magia que el resto de nosotros, pero no la suficiente como para hacerlo cambiar de forma. “¿Mi visión era correcta? Si lo era, no puedo creer que hubiera sido Jerry, entre todos, quien tuviera un objeto tan sagrado en su sótano. Solo un humano puede tener lo que necesitábamos debajo de nuestras narices. ¿Qué más está escondiendo ese tipo?”
Ni siquiera Rafe, quien ve el lado negativo de todo, pudo decir nada. Él ya se había levantado a abrir el armario de cristal donde guardábamos nuestros libros de hechizos más antiguos. Ellos nunca consideraron que volvería sin la reliquia.
“Hay una caja y se ve exactamente como en las fotos de nuestros álbumes.” Ácido quemó mi lengua de solo pensar en lo que diría a continuación. “Pero ahora se encuentra en la posesión de Nora Whynot.”
“Demonios.” Rafe azotó la puerta del armario tan fuerte que se tambaleó con todo y sus invaluables contenidos. “¿Cómo es posible que esa maldita bruja arruinara las cosas esta vez?”
“Ella estaba con su nieta”
“Si, lo sabemos, ella es hermosa.” Jax se quejó. El clan mantenía una mirada cautelosa en Nora, por si acaso se le ocurría lanzar más hechizos fallidos. Así que, cuando ella consiguió una compañera de casa, que se parecía tanto a ella cuando realizó el hechizo hace tantos años, nosotros lo notamos. “Ella tiene el tipo de curvas más peligrosas, aquellas que te hacen pensar que no tienes que bajar la velocidad, pero si no prestas atención te estrellarán contra un muro de ladrillos. Exactamente como lo hizo hoy contigo, ¿y si ella está trabajando con Nora para mantenernos alejados de esa caja?”
“Ella tiene poderes.” Ni siquiera sé su nombre, pero anhelo la forma en que hizo que la electricidad danzara por mi piel. “La cuestión es que no creo que ella tenga conciencia de eso aún.”
“Bien, entonces ella puede contrarrestar la maldición y finalmente podremos cambiar” sonrió Tanner. “Si no conseguiste la caja dime ¿pudiste conseguir su modelo al menos?”
“Aún no.” Pero planeo hacerlo.
“Así que fuiste distraído por la pequeña bruja. Repíteme de nuevo ¿cómo es que Nora tiene la caja y tú no?” me preguntó Rafe.
No me queda más que decirles. “Porque creo que Nora me lanzó otro hechizo.” Y no me decepcionaron cuando empezaron a quejarse.
Hace cincuenta años, cuando el clan del Trueno de las Montañas Rocosas perdió a sus últimos dragones nosotros nos convertimos en el último clan en toda Norteamérica con solo cinco miembros. Nosotros nacimos con el único propósito de proteger a las montañas, pero sin parejas pronto empezamos a perder nuestra fuerza y le pedimos ayuda a Nora.
Esperábamos que ella pudiera atraer a más dragonas con las que pudiéramos emparejarnos, talvez vendrían de otros clanes o talvez algunas que fueron abandonadas y olvidadas en las estribaciones de la enorme cordillera de los Apalaches ya que nosotros protegimos la zona sur por un tiempo. Alguien que fuera demasiado débil para sentir por nuestros propios medios podría estar allá afuera, buscándonos como nosotros a ellos.
No somos seres inmortales, no exactamente, pero podemos vivir miles de años y no queríamos ser la última generación de nuestra especie ya que las montañas nos necesitan con toda nuestra gloria y poderío mágico. Nora prometió que podría lanzar un hechizo que atraería a nuestras compañeras destinadas hacia nosotros, a cambio solo pedía un gran trozo de cuarzo de nuestro tesoro.
La decisión de hacer el trato no fue unánime y Rafe aún insiste, después de todos estos años, que le dimos demasiado poder. Él estaba convencido de que era por eso que el hechizo había terminado tan mal y hemos estado atrapados en nuestra forma humana desde entonces.
“¿Qué es lo que se dice cuando no hubo ningún daño?” Chance negó con la cabeza, pero no tuvo que decirlo, yo sabía que lo había jodido. “Demonios, alguien necesita pintar la puerta de su tienda de tarot con esas palabras. Cuando los últimos cinco dragones en Norteamérica mueran, nadie lo notara porque hemos sido humanos por mucho tiempo. Ellos probablemente crean que ya estamos muertos.”
Ese es un pensamiento mortificante porque es probablemente la verdad, y es que después de pasar tanto tiempo como humano apenas si puedo llamarme un dragón. La verdad es que a pesar de que Summerland sea un pueblo seguro, estaríamos jodidos si algo serio llegara a suceder. Nuestros antiguos poderes son una memoria lejana y ninguna amenaza.
“Perdimos por hoy, pero obtendremos esa caja y nos prepararemos para pelear.” Hoy les fallé, pero conseguiré esa caja a como sea porque sin ella no sé lo que pueda suceder.
“¿Pelear por qué?” gruñó Rafe. “No existen más dragones en Norteamérica que nosotros y ya nos queda poco del oro que queramos vender. ¿Qué pasará cuando tengamos que vender nuestra tierra?”
“Nadie está buscando comprar una cordillera.” Me burlé.
Hizo un gran gesto con la mano señalando hacia afuera. “Hay casas apareciendo por todos lados en las montañas. No falta mucho para que un arquitecto o un visionario nos haga una oferta que no podamos rechazar. Si no podemos cambiar no tendremos ninguna protección.”
Rodando sus ojos Jax dijo. “Vaya manera de escribir nuestros obituarios, Rafe, por favor no me digas como termina. Prefiero tirarme en el medio de la autopista y dejar que un camión me pase por encima antes que pensar que jamás poder cambiar de forma de nuevo.”
“La caja debe tener el código para romper el hechizo, eso es lo que dice el texto antiguo.” Aparte de conocer cada maldita cosa sobre ser un dragón, Tanner era el que siempre nos recordaba porque hacíamos lo que hacíamos. Si Chance era la mente maestra entonces Tanner era el ejecutor de los planes.
Yo siempre estuve orgulloso de ser su soldado, soy bueno peleando después de todo, pero cuando quedamos atrapados por el hechizo fallido tuvimos que acatarnos a las reglas humanas. Pero no más.
“Tenemos todo por lo que luchar, nuestros futuros, nuestras parejas.”
Rafe se burló. “Tu cabeza aún está en las nubes si sigues esperando por esa compañera destinada.”
“Quítale esa caja a Nora” Chance gruño. “Haz lo que tengas que hacer, seduce a la nieta si es necesario. No necesitas de ningún hechizo de amor ya que es tu única esperanza de salvar tu trasero.”


La orden que Chance me dio no es la única razón por la que no he parado de pensar en la nieta de Nora Whynot desde la venta de garaje. Cada vez que cierro mis ojos, ella está ahí más hermosa que antes con sus rizos color caramelo, ojos azules y esos labios tan llenos de color rosa. Mi hermano tampoco bromeaba cuando dijo que tiene curvas peligrosas que causan pequeñas corrientes eléctricas corriendo por mi piel. Yo he visto a esta mujer en mis sueños durante años y mi mente me estaba jugando una mala pasada.
No es posible que recién se haya activado un hechizo lanzado hace cincuenta años atrás. La vieja bruja definitivamente bloqueó mi magia.
Es eso o esta mujer, la nieta de Nora Whynot, es mi pareja destinada.
Su electricidad se había quedado conmigo desde ese día de la venta de garaje, como una mayor conciencia sobre ella.
Como lujuria.
Yo he estado con muchas mujeres, he disfrutado de sus cuerpos y de su compañía, más nunca he pensado en ellas de nuevo cuando hemos separado nuestros caminos. Sin embargo, mi magia no era lo suficientemente poderosa como para hacer que me olvide de esta mujer.
Y es que un hombre humano jamás estaría a su altura. Él se habría puesto en ridículo con tal de estar en su presencia y no hay ninguna garantía de que yo no haría lo mismo.
Ese sentimiento solo creció cuando puse un pie en el pueblo y cuando vi la tienda de lectura de cartas del tarot de Nora en el centro, consideré por un momento la idea de humillarme lo suficiente como para ir a tocar a su puerta.
Durante años, después del hechizo fallido, nuestro clan maldijo a esta mujer. No puedo ir a pedirle ayudar o preguntarle acerca de su nieta.
No lo haría, ni aunque ella pudiera ayudarme a obtener la reliquia. Ella es la única que ha hecho fuego circular por mis venas de una manera que no había sido posible desde que me encontraba en mi forma de dragón, pero ni siquiera por eso lo debería hacer.
Si estuviera usando la mitad de mi cerebro me mantendría lo más lejos que pudiera de la nieta de Nora Whynot.
Sin embargo, esa misma mitad estaba dispuesta a apostarlo todo por la posibilidad de que mi clan pudiera romper esta maldición y yo tendría que hacer cosas que nunca antes había hecho. Como arriesgarme y actuar solo por fe de la que es pura y ciega.
La vibración de esa electricidad se intensificó. Me paré frente a la tienda de tarot, pero no venía de ahí, sino que de la Cafetería de Summerland que tenía una corriente tan fuerte que, por un momento, pensé que la ventana estaba a punto de romperse.
Y allí estaba ella, en todo su esplendor con ese bronceado increíble, se encontraba sentada en la ventana con su mano enrollada alrededor de una taza, sonriendo debido a lo que veía en su computadora portátil. Al ver su rostro de felicidad me pregunté a qué se dedicaría porque fuera lo que fuese, era obvio que le daba una gran alegría.
Yo quería saber todo sobre ella.
Summerland solo tenía una cafetería y siempre estaba llena, por lo que había un cartel en el mostrador que le pedía a los clientes que compartieran mesas si es que decidían quedarse a trabajar. Esa era la excusa perfecta.
Mientras me acercaba a su mesa, se me ocurrió que tal vez todo lo que el hechizo necesitaba era tiempo.
Ella jadeó cuando me vio parado frente a ella.
“No sé si te acuerdas de mí.” No sabía si había podido pensar en algo más desde la última vez que la vi, porque puedo asegurar con toda certeza que yo no lo había hecho.
“Por supuesto que sí.” Un rubor subió a sus mejillas y a mi dragón le gustó mucho eso. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que mi dragón había tenido una opinión sobre algo. Era obvio que esta mujer tenía más que magia, ella tenía un fuego ardiendo en su interior.
Jamás me había sentido así, esto no era solo por el hechizo. Ella era mi alma gemela, nunca había estado más seguro de nada en mis mil años de vida en este planeta.
“¿Hay alguien sentado aquí?” Yo le pregunté.
“No, toma asiento. Por favor.” Ella se apresuró a despejar el espacio en la mesa para mí, y casi derriba su taza. “Esperaba poder verte de nuevo.”
Sí, dijo mi dragón. El hechizo también la había afectado. “Me hubiera gustado haber tenido la oportunidad de hablar contigo en la venta de garaje.”
“Nunca creí que a tipos como tú les gustaran ese tipo de cosas. No es que te esté juzgando, ni nada parecido.” Ella se rio entre dientes y luego se inclinó hacia adelante. “¿Puedo hacerte una pregunta extraña?”
La manzana no había caído muy lejos del árbol con esta chica. Ella se parecía tanto a Nora cuando tenía la misma edad, con los mismos ojos azules brillantes, mejillas redondas y nariz respingona.
“Pregúntame lo que quieras.”
Ella se mordió el labio. “No puedo creer que esto sea lo primero que voy a decirte, pero ¿tuviste una aventura con mi abuela?”
Mi risa resonó en el café causando que los comensales de las mesas vecinas se giraran a vernos. Hasta ahora, todos habían hecho un buen trabajo pretendiendo que el que Tyson Drake estuviera hablando con la nieta de Nora Whynot era algo perfectamente normal.
Sin embargo, yo todavía no sabía su nombre.
“¿Qué te dio esa idea?”
Su suspiro terminó en un ceño fruncido. “Mi abuela me dijo que me olvidara de ti, pero no me dijo por qué. Tengo una imaginación un poco vívida y supongo que exageré al pensar en una razón.”
“No. Nunca tuve una aventura con tu abuela.” Me costó mucho decirlo con una cara de completa seriedad. “¿Planeas respetar sus deseos? Porque puedo ir…”
“No” dijo ella rápidamente. Por un segundo, dudé de que hubiera un hechizo, pero Nora trabajaba de formas misteriosas. “Por favor quédate. Tengo otra confesión que hacer.”
Sus mejillas se sonrojaron aún más y miró su computadora portátil.
“¿Es algo que tendré que contar en un tribunal de justicia?” Yo pregunté.
Ella sonrió. “Espero que no. No es nada malo, solo que yo... no he podido dejar de pensar en ti.”
Un profundo alivio me inundo, pero tenía que actuar con calma. “¿En serio?”
“Sí.” Ella fue más audaz con su siguiente declaración. “Y creo que ahora eres más guapo que la primera vez que te vi.”
Esa corriente eléctrica que me recorrió por completo amenazaba con electrocutarme. “Yo también tengo una confesión.”
“¿No eres un asesino en serie, verdad?” Sus labios temblaron mientras trataba de mantener una cara seria. “La abuela me dijo que me mantuviera alejada de ti. Yo esperaba que fueras algún amante, no un luchador, pero probablemente puedo trabajar con lo que tenemos. A menos que hayas tenido un cameo en uno de esos programas de televisión que buscan asesinos en serie.”
“No soy un asesino en serie.” Esta mujer era demasiado, ya más tarde le diría que tengo asesinatos en mi haber. Pero no ahora ya que solo la asustaría y no podía permitirme hacer eso. “Mi confesión es que tampoco he podido dejar de pensar en ti.”
Ella exhaló, y ya no tenía sentido luchar contra la sonrisa que iluminaba todo su rostro. Después, tendría que escribirle a Nora una tarjeta de agradecimiento, una vez que le quitara esa caja, por supuesto. Ella me había dado la mejor arma con la que luchar.
Es un hechizo, gimió mi dragón, quien ahora se encontraba completamente despierto y de mal humor. Una vez que se rompa, ustedes dos no podrán estar en la misma habitación.
Mi dragón nunca se había equivocado, pero había una primera vez para todo.
“Tu nombre es Tyson, ¿verdad?” Ella sacudió su cabeza. “Siento como si acabáramos de profesar nuestro amor el uno por el otro y ni siquiera estoy segura de que ese sea tu nombre.”
“Sí, es Tyson.” Me reí, ella hizo que la siguiente parte fuera menos incómoda. “¿Cuál es el tuyo? No quiero tener que llamarte ‘nieta de Nora’ cada vez que te veo.”
“Oh, eres tan lindo. Mi nombre es Sophie.”
Ella extendió la mano, como si necesitáramos una presentación formal. Tomé su mano y me la llevé a la boca y la besé. Muy pronto, ella aprendería que yo era cualquier cosa menos lindo y que esta no era la hora de jugar.
Todo era un negocio.
Pero eso no significaba que no pudiera divertirme en el camino.

Capítulo Tres
Sophie
“Supongo que encontraste uno bueno,” me dijo la abuela después de la cena. Tuvimos que ordenar comida para llevar después de que el temporizador del horno no funcionó y quemamos nuestra lasaña. Cosas raras como esa habían estado sucediendo durante los últimos días, pero no me habría importado comer aserrín esa noche ya que todavía estaba muy feliz después de tomar un café con un hombre sexy.
Yo todavía no tenía mucha vida social en Summerland, así que esta noche consistía en ver programas de concursos con la abuela.
Mi cara estaba empezando a doler por tanto sonreír, pero era bueno mantener a mi abuela en alerta constante. “¿De qué estás hablando?” Le pregunté.
Aún no le había contado nada sobre mi viaje a la cafetería y es que como hechicera, la abuela podía leer energía. Ella ya sabía lo mucho que me gustaba él, no quería que empezara a hablar.
“Uno de esos juguetes. Para tu blog.” E hizo un gesto hacia mi dormitorio. “Yo no sonrío así a menos que...”
“Abuela.” Esta mujer iba a ser mi muerte. No es que ella no se mereciera un poco de diversión, pero yo no necesitaba escucharlo y tan pronto como el blog comenzara a despegar, conseguiría mi propio lugar.
Quizás tendría un sexy compañero de cuarto. O al menos un amigo musculoso que me ayudara a mover algunos muebles.
“Ok, no es uno de los juguetes. ¿Me dirás qué es lo que te tiene tan feliz o tengo que llevarte a urgencias y decirle al médico que te golpeaste la cabeza?” La abuela frunció los labios y me miró tratando de determinar si estaba herida.
“No.” Le di un pequeño empujón con mi pie y casi vuelco el tazón gigante de palomitas de maíz entre nosotras. Esta era una de mis tradiciones favoritas de cuando visitaba a mi abuela cuando era una niña, y ahora ella hacia un gran tazón de canguil todas las noches. A mis pantalones no les gustaba tanto como a mí, pero siempre estaba buscando una excusa para comprarme nuevos pantalones. “Conocí a alguien en la cafetería hoy.”
Su rostro se iluminó y sus dedos se posaron frente a su boca mientras me decía. “Cuéntamelo todo. ¿Lo conozco? Debería. Summerland no es muy grande. Sería un gran problema si no lo conociera. Podría ser un asesino en serie.”
“Ya le pregunté. Él afirma que no es un asesino en serie.” Me reí al recordar la conversación.
“No es Jerry de la venta de garaje, ¿verdad? Vino a la tienda preguntando por ti, y le dije que se mantuviera lejos.” Ella sacudió su cabeza. “Juro que esa caja que me vendió está maldita. Algo malo ha sucedido todos los días desde que la compré, la devolvería, pero no le daré la satisfacción de tener razón cuando me dijo que yo no la quería.”
“No, no es Jerry.” Ahora viene la parte difícil. “Sí, lo conoces. Es Tyson. El tipo de la venta de garaje al que llamaste reptil.”
La cabeza de la abuela cayó hacia atrás sobre el cojín y gimió. “Sophie Rae, te dije que te mantuvieras alejada de ese hombre. Él es malas noticias.”
“Él es dulce.” Y tan sexy. Cerré los ojos por un segundo, imaginándolo parado sobre mi mesa con su pelo oscuro desgreñado que caía sobre esos hombros increíblemente anchos, sus vaqueros gastados que dejaron muy poco a mi muy vívida imaginación, que actualmente fantaseaba con cómo se vería sin ellos. El hombre irradiaba poder. La abuela me regresó a la realidad con un golpe. “También me dijo que ustedes dos no han tenido una aventura. Sin embargo, es obvio que tienen un pasado, o de lo contrario tu rostro no parecería como si acabaras de chupar un limón.”
La abuela estaba inusualmente silenciosa. Tyson se había metido debajo de su piel, y ella amaba a casi todos en Summerland, así que esto me tenía intrigada.
“Dime que es.” Yo esperaba algo más que el ceño fruncido con los labios apretados que ella me dirigió, pero fue en vano. "Estoy dispuesta a apostar que lo que sea que es, no es suficiente como para hacer que cancele nuestra cita de este sábado.”
Ella dejó escapar un suspiro dramático. “Bien. Todo lo que te pido es que escuches atentamente, incluso si no entiendes de inmediato. Aprender sobre magia significa que a veces tienes que confiar en cosas que no tienen sentido a primera vista.”
“Estas dando vueltas.” O enviándome a una búsqueda inútil.
La abuela arqueó las cejas, dándome su mejor mirada maternal. Nunca le había gustado la disciplina.
"Okey." La abuela apretó los labios. “Hace mucho tiempo, Tyson y algunos otros me pidieron ayuda con un hechizo. Yo nunca antes había lanzado un hechizo para los de su clase...”
“¿Su clase?” Me enfurecí, no me gustó el sonido de eso, pero le daría a la abuela la oportunidad de redimirse.
“Ellos no son como nosotras. Es por eso por lo que estuve reacia a lanzar ese hechizo, pero ellos tenían algo que yo quería y, como podrás imaginar, son muy persuasivos. Les dije que no podía garantizar el resultado de ningún hechizo, ni siquiera en un humano. Los hechizos son meras sugerencias y, cómo se manifiesten depende totalmente de la energía de la persona, o criatura, que recibe el hechizo. El cuál, cabe aclarar, no salió como estaba planeado.”
Ella se detuvo, pero seguramente ese no era el final de la historia. Yo estaba más confundida que nunca. ¿Ella dijo ‘Criatura’?
"Obviamente tengo preguntas.” Incluso la charla de magia hizo que mi cuerpo hormigueara, como si una bestia dormida dentro de mí acabara de despertar. Era una sensación de inquietud que no sabía cómo satisfacer y la abuela se estaba tomando su dulce tiempo con sus lecciones, no importaba lo que sucediera con Tyson, tal vez él, por lo menos, sería el responsable de acelerar mi proceso de enseñanza en magia. Yo estaba lista. “¿Qué quieres decir con los de 'su clase'? ¿Y qué es lo que no salió como estaba planeado?”
“Ellos me pidieron que hiciera un hechizo de amor para ayudarles a encontrar a sus parejas destinadas. Por lo que, como puedes ver, él todavía está soltero…”
“Quizás ya no.”
La abuela negó con la cabeza. “El hechizo no funcionó. Ellos nunca encontraron a sus compañeras y los muchachos dicen que yo soy la razón por la que no han podido cambiar desde que lancé el hechizo.”
"¿Perdón?" Ella no pudo haber dicho lo que pensé que dijo.
“Sí, cambiar. Asumo que es eso y no lo otro.” La abuela se rio. “Está es la parte en la que tienes que confiar en mí ya que puede que nunca veas pruebas de ello, y está bien si crees que tu vieja abuela ha perdido la cabeza. Tyson y los hombres que trabajan en la joyería en la que ya no soy bienvenida, son… dragones.”
Ahora definitivamente creo que no escuché bien. “¿Dragones?”
Es imposible. Tyson me parecía un poco más interesante que el hombre humano promedio que suele coquetearme en una cafetería, definitivamente más guapo, y hacía que mi piel hormigueara cada vez que pensaba en él… Está bien, tal vez no era tan difícil de creer que él pudiera ser una criatura mítica.
No, lo era. No había forma de que él pasara parte de su vida como un dragón.
“Sí, dragones. Son criaturas ancestrales asignadas para proteger Summerland Valley.” Ella le dio un momento para asimilarlo. “Puedes agradecerle al trueno del dragón cada vez que Summerland obtiene un premio como el lugar más seguro para vivir en el sureste del país, pero no pueden encontrar ningún dragón hembra con quien aparearse. Fue hace ya mucho tiempo cuando me pidieron ayuda y esperaban atraer a las mujeres que habían perdido su trueno. U hombres, yo no juzgo. En ese momento, poner una vibración de amor en el universo fue la única forma en que habrían encontrado pareja.”
Me tomó un minuto encontrar las palabras. Me había pedido que suspendiera la incredulidad y confiara en ella, pero esto era una locura. “¿Hace cuánto tiempo fue eso?”
Si fue algo reciente, podría explicar por qué no había podido pensar en nada más que en Tyson desde la venta de garaje. Esas fantasías habían sido puestas a toda marcha desde que nos vimos esa tarde. La próxima vez que probara uno de mis juguetes para el blog…
“Fue en 1969” dijo mi Abuela, deteniendo inmediatamente la fantasía que estaba formándose en mi mente. Fue hace casi veinte años antes de que yo naciera, pero Tyson se veía como si fuera solo uno o dos años mayor que yo. “En el verano del amor” ella añadió, como si pensara que de nuevo no la escuché bien, como todo lo demás en esta loca conversación.
La abuela hablaba mucho sobre ese verano. Ella definitivamente había encontrado el amor, la lujuria o algo así con el guitarrista de una banda de rock súper famosa y siempre sería mi heroína porque logró ver su presentación en Woodstock desde el costado del escenario.
Pero ella nunca antes había mencionado un hechizo de amor fallido y un grupo de dragones. Así que me iba a tomar un minuto para procesar esta información.
“No estoy segura de cuándo o por qué cambian de forma los dragones. Las leyendas solían ser que cuando teníamos una tormenta de truenos y relámpagos, en realidad era una pelea de dragones; pero desde que lancé el hechizo, Summerland no ha tenido una tormenta eléctrica. Mucha lluvia sí, pero no fuegos artificiales.” La abuela se rio entre dientes. “Por eso voy tan lento con tus lecciones, Sophie. Nunca debes meterte con cosas que no entiendes. Antes de ese hechizo, yo nunca había lanzado uno sobre un dragón y pagué el precio.”
Por un momento consideré cancelar la cita con Tyson, pero esa misma sensación de hormigueo que me invadió cuando la abuela me habló de magia, ahora recorría mi piel. Todo iría bien en la cita mientras yo no le lanzara ningún hechizo a Tyson.
“¿Qué tipo de precio?” Yo le pregunté. Si Tyson le guardaba rencor a mi Abuela, él podría tener razones más siniestras para invitarme a salir.
Quizás sí debería cancelar.
Claro que no. La abuela me había enseñado a ver lo bueno en todos y yo tenía una cita con un chico muy sexy que podía convertirse en un dragón. Definitivamente iría.
“Ellos me maldijeron.” Mi abuela negó con la cabeza de nuevo. “Es por eso que ya casi no lanzo hechizos ya que ninguno ha funcionado desde entonces. Ahora solo leo el tarot y ayudo a las personas a seleccionar cristales para que puedan encontrar su propia magia. Extraño muchísimo lanzar hechizos... pero sabré cuando sea el momento adecuado de hacerlo otra vez.”
“Pero me estás enseñando a lanzar hechizos.” Sin decirme que le habían quitado su propia magia, debo añadir; yo pensé. “Tal vez puedas enseñarme a arreglarlo.”
“No quiero que cargues con eso solo para salvar a tu vieja abuela. Soy una niña grande y puedo lidiar con las consecuencias de mis acciones. Lo he hecho durante mucho tiempo.”
“Es solo una cita y todavía quiero ir. Ha pasado mucho tiempo desde que estaba tan emocionada por salir con alguien.”
“Entonces deberías irte. La magia nunca debería detenerte de pasarla bien” me dijo la abuela. “¿A dónde te llevará?”
“A cenar y luego a una noche de cine en el parque.” Me moría por ir a ver una de las películas antiguas que mostraban todos los sábados en un proyector en el pasto del parque de la ciudad, pero a la abuela no le interesaba. Ella dice que ya las ha visto todas.
“Espero no haberte puesto en peligro.” Mi abuela apartó las palomitas de maíz con un suspiro. “Nadie en la ciudad sabe lo que sucedió realmente. Los dragones no querían admitir que acudieron a mí en busca de ayuda, y yo estaba demasiado avergonzada de que mi magia hubiera salido mal así que todos piensan que tenemos una rivalidad por culpa de una piedra que está en su tienda.”
“¿Hay otras criaturas inmortales en la ciudad de las que deba conocer?” Yo le pregunté.
“Más de las que puedas imaginar.” Mi abuela tomó el control remoto y subió el volumen de su programa de juegos favorito. “¿Estás lista para creer en la magia?”


La historia de la abuela debería haberme alejado de Tyson, pero como sucedió con ese hechizo de amor, el tiro le salió por la culata. La electricidad no había dejado de fluir por mis venas desde la gran revelación. Yo tenía una cita con un dragón. Maldita sea. ¿Cómo sería salir con una criatura sobrenatural? Le eché la culpa a mi imaginación hiperactiva y a la cantidad de tiempo que pasé investigando los diez mejores juguetes sexuales para mujeres con compañeros de habitación porque lo primero que hice fue imaginarme algunos escenarios calientes.
Tal vez mi próximo blog se llame ‘los diez mejores juguetes sexuales para usar con tu dragón’.
El universo ciertamente trabaja en formas misteriosas, pero siempre confío en que me respaldará. Y nunca necesité que lo hiciera más que en esta noche.
Era hora de reunirse con Tyson. Nosotros habíamos acordado encontrarnos en el restaurante, porque no había forma de que me arriesgara a que él y la abuela se encontraran. Yo llevaba mi vestido bordado favorito que se deslizaba por mi cuerpo, con unos leggins Capri y sandalias de tiras.
La abuela no me había enseñado cómo lanzar un hechizo de amor, todavía, pero no había nada malo en inclinar las probabilidades a mi favor. Al principio pensé en ponerme mi cuarzo rosa, pero en su lugar fui por el pequeño broche de dragón que encontré en la venta de garaje. Quedó perfecto.
El broche se calentó contra mi pecho cuando él llegó. Su rostro se iluminó cuando me vio, y su mirada recorrió mi cuerpo como una llamarada de fuego.
Yo podría haber dudado de la abuela, pero este hombre definitivamente era todo un dragón.

Capítulo Cuatro
Tyson
“Tengo otra pregunta para ti.” Sophie caminaba por la acera como sexo andante. Me recordó a una chica de poster de uno de los viejos calendarios que solíamos colgar en la parte trasera de la joyería. Ella era muy parecida a su abuela a esa edad.
Era peligrosa.
Nora podría haber lanzado un hechizo para volverse joven de nuevo, es algo que no me extrañaría si lo hubiera hecho. Pero el calor y todo ese poder sin explotar que irradiaba la mujer parada frente a mí, yo estaba más que dispuesto a arriesgarme.
“Si tu pregunta es si la mujer más hermosa de Summerland está cenando conmigo esta noche, entonces la respuesta es sí.”
Ella empujó mi brazo y nos detuvimos ante la combinación de nuestro poder que irradió solo en ese toque. La chispa de electricidad que estalló en mi piel y los labios rosados ​​de Sophie formaron una O.
Por un segundo me pregunté si ella también lo había sentido.
“Eso no era.” Ella retiró la mano lentamente, mirándola como si dudara de lo que acababa de pasar. “Sin embargo, creo que ya encontré la respuesta a mi pregunta.”
“Ahora me dio curiosidad.” Yo espero que llegue el día en que no tenga que guardar secretos de esta mujer, que ella pudiera aceptarme por completo. Quiero que tenga la oportunidad de conocer a mi dragón, que los dos podamos volar juntos sobre las montañas y proteger este pequeño pueblo de la forma en que estábamos destinados a hacerlo.
“Si te parece que es una locura, no me juzgues. Es solo que mi abuela me dio la impresión.” Ella se mordió el labio y me miró fijamente. “¿Eres un... dragón?”
Maldita sea Nora por compartir nuestro secreto, sin embargo, no pude permanecer enojado por mucho tiempo. Pensándolo bien, probablemente es mejor que Sophie supiera la verdad de alguien en quien confiaba. El problema era que no confiaba en que Nora le hubiera contado toda la historia, en la que ella no salía bien parada. Decidí mantener a raya mi animosidad. “¿Qué otra impresión te dio?”
Los ojos de Sophie se agrandaron. “Ella dijo que un hechizo salió mal y que tú... pudiste haberla echado una maldición.”
En realidad, ella había sido bastante honesta. “Si digo que sí, ¿todavía quieres cenar conmigo esta noche?”
“No sé si me he vuelto loca, pero sí.”
Summerland sólo tenía un puñado de restaurantes apropiados para una cita y yo ha he hecho una reservación. Había pasado mucho tiempo desde que tuve una cita adecuada con una mujer y era demasiado frustrante no sentir ninguna conexión. Sin embargo, esa descarga de electricidad entre nosotros momentos antes prometía que esta noche sería diferente.
No era algo que ocurriera cada noche cuando uno de los dragones Drake era visto en público con cualquier miembro de la familia Whynot. Nuestra enemistad era bien conocida y los pueblos pequeños como este se alimentaban de chismes. La anfitriona del restaurante nos dio una sonrisa incómoda cuando nos sentó en una mesa de la esquina.
Sophie agarró su menú pero no lo abrió. “¿Cómo es?”
“¿Ser un dragón?”
Ella asintió.
“Ha pasado mucho tiempo desde que estuve en mi forma de dragón.” Yo pasé la mayor parte de los años cincuenta cabreado y atrapado en mi forma humana, pero Sophie derribó todas mis defensas, incluido mi rencor. Y por eso, ella era incluso más peligrosa que Nora.
“Si te hace sentir mejor, mi abuela odia el que las cosas hayan salido mal. Probablemente no sea de mucho consuelo, pero ella no es la única que está decepcionada.”
¿Decepcionada? Eso era lindo. “¿Te dijo qué tipo de hechizo era?”
Ella asintió. “Un hechizo de amor.”
Y aun así ella vino a la cita. Interesante. De alguna manera esto igualaba el campo de juego, pero haría que fuera mucho más difícil conseguir la caja. A mi clan le importaba una mierda la conexión amorosa, ellos solo querían cambiar.
“El día que lanzó ese hechizo, Nora dijo que si salía correctamente, nuestras parejas se sentirían atraídas por nosotros. Y que en el momento en que uno de nosotros tocara a nuestra pareja destinada sabríamos que ella era la indicada.”
“Oh.”
“Nosotros nos emparejamos para siempre, Sophie. Por lo que, cuando se supone que eres un ser inmortal, eso es mucho tiempo. Hemos estado protegiendo estas montañas desde mucho antes de que existiera Summerland, antes de que existiera Tennessee e incluso antes de que existiera América oficialmente. Y si tenemos suerte, estaremos aquí mucho después de eso también.”
Esos hermosos ojos azules eran redondos y sin pestañear. “Yo no soy inmortal. Estoy aprendiendo sobre la magia dentro de mí. La chispa de electricidad podría haber sido eso.”
“A mí no me importaría si es para siempre” aclaré yo. “Cuando te dije que no podía dejar de pensar en ti, no fue solo para coquetear. Era la verdad, cada vez que cierro los ojos, tú estás ahí.”
“Dime que es lo que ves.” Energía vibraba en la superficie de su piel, pero no tenía miedo. “Porque yo he soñado contigo y en ellos, ambos estamos volando.”
Mierda. Yo había tenido ese sueño muchas veces, pero siempre creí que era una broma cruel del destino el que esa mujer compartiera el rostro de Nora.
La camarera vino y nos trajo agua. Nunca estuve tan sediento en mi vida.
“¿Sabes lo que quieres pedir para comer?” Yo le pregunté.
El reunirse en público fue un movimiento inteligente para una primera cita. Ambos teníamos magia no probada y sentimientos peligrosos. Sin embargo, las interrupciones, las intrusiones, y los rumores que se derivarían de esta cita, eran detalles molestos que tendríamos que soportar si íbamos a estar juntos. Sophie y yo éramos algo que no debía ser.
“Pediré ravioles de calabaza.” Sophie le entregó a la camarera su menú.
“Yo quiero el bistec y…”
“Lo de siempre. Yo conozco tu orden.” La camarera me guiñó un ojo y se fue.
Sophie se inclinó hacia adelante. “La abuela me está enseñando algunos hechizos.” Y yo que creía que nuestra conexión era peligrosa. Esta mujer estaba trabajando con un manual roto. “Uno de ellos es un hechizo de protección. Parece estar funcionando por ahora. Todas esas personas que nos miraban parecen haberse olvidado, convenientemente, de que estamos aquí.”
“Así puedo ver.” Mierda, la segunda Whynot tenía que ser una hechicera. Eso siempre era contraproducente. “También me gustaría ver qué tipo de conexión tenemos sin intervención mágica. La magia no siempre será una opción.”
“¿Quién dijo que no había magia en lo mundano?” Sophie creía en el amor, probablemente más de lo que creía en la magia. Definitivamente tenemos una oportunidad. “Antes de que nos interrumpieran, estabas a punto de decirme cómo me imaginaste cuando no estoy cerca.”
Ella no era solo una hechicera. Esta mujer es una tentación.
“Puedo verte rebosante de joyas.” Cerré los ojos y ahí estaba ella. "Brillante. Contenta. Sin querer nada más.”
“Una chica podría acostumbrarse a todas esas cosas.” Ella ya estaba brillando, pero no era magia, era algo innato en ella. “ La abuela me dijo que tú y tus asociados... son dueños de una joyería.”
“¿Qué tan fuerte es ese hechizo de protección?” Yo pregunté. Sophie tenía razón, ya nadie nos prestaba atención y eran muy pocas personas en Summerland que recordaban la última vez que los Drake estuvieron en su forma de dragón. Nuestra tradición se había convertido en cuentos de hadas, y el trueno se dividió, era más sobre cómo nos sentíamos al respecto. Chance pensaba que era mejor que nos mezcláramos con la gente del pueblo, pero Rafe era un firme creyente de que todos en Summerland deberían vivir con el temor de ser quemados. “Porque no todo el mundo necesita escuchar lo que voy a decirte.”
No deberías animarla a lanzar un hechizo, advirtió mi dragón. Pero ella necesitaba saber a qué se enfrentaba si quería jugar con la magia.
Sophie se encogió de hombros. “Es difícil de decir. Según mi abuela, depende de qué tan susceptible sea la gente a la magia.”
“No deberías lanzar hechizos sobre otras personas sin su consentimiento.” Era la regla cardinal de la magia.
“Eso es lo otro. Lo considero más una protección para nosotros que un hechizo sobre ellos.” Ella hizo un gesto como si estuviera tocando los bordes de una burbuja protectora. “Entonces, si ese es el caso, yo creo que el hechizo es bastante seguro.”
La última vez que te arriesgaste con un tal vez de una Whynot, pagaste el precio, me recordó mi dragón. Esta vez, había una diferencia, yo creía en la magia de Sophie, tan natural e inexperimentada como era.
“Un grupo de dragones se llama trueno.” Empezaría por lo básico. “Somos los únicos cinco que quedan en Norteamérica, es por eso que pedimos los servicios de tu abuela. Nuestras compañeras obvias hubieran sido dragones hembras, pero ninguna respondió a nuestra llamada. Nosotros esperábamos que el hechizo atrajera a las mujeres que tenían suficiente magia propia fluyendo a través de sus venas y puedan manejarnos cuando nos transformamos en toda nuestra gloria.”
“Sé que salió terriblemente mal, pero es muy romántico.”
“Las joyas y el oro nos ofrecen protección. Nuestro negocio en la ciudad es comprar joyas que la gente no desea. En nuestra forma de dragón, podemos fundirlo y crear armaduras. pero no hemos cambiado, estamos perdiendo poder y necesitamos ayuda para hacerlas.” Cada vez que Rafe usaba un soplete para derretir las reliquias olvidadas o no deseadas de alguien más, era como verter sal en la herida. “Vender joyas no es nuestro objetivo.”
“Los amigos de la abuela mencionaron que piensan que son demasiado caras.” Ella se rio entre dientes.
“Mi primo Jax, a quién conocerás pronto.” Yo no tenía idea de cómo el resto de mi clan recibiría a Sophie. Si ellos estarían tan encantados con ella como yo o si la rechazarían por ser una Whynot. Ya veríamos de qué tipo de magia ella era realmente capaz. “Él abrió una tienda en línea y hemos encontrado clientes que están más que felices de pagar nuestros precios, pero nos estamos quedando sin suministros que estemos dispuestos a vender.”
“¿Qué significa eso?” ella preguntó.
“Si por algún milagro logramos cambiar, estaremos desprotegidos.” Por primera vez en mucho tiempo, los signos de un cambio los sentí debajo de la superficie de mi piel. Mierda, de todos los jodidos momentos, tenía que ser en medio de un restaurante. Me quedé mirándome el brazo, esperando a que aparecieran escamas.
No sabía si estaba emocionado, aliviado o solo jodidamente frustrado. Pero era un comienzo.
“¿Tienes enemigos? Además de mi abuela, por supuesto.” Ella se rio, pero era débil. Esta conversación era mucho para ella, y ningún hechizo de protección en el mundo podría ocultar su miedo. Ella no tenía idea de en qué se estaba metiendo.
“Humanos” le dije. Y con cada día que pasaba, yo era más humano que dragón. Mi propio peor enemigo.

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